Se ha dicho que no existe letra que no se pueda cantar por bulerías. Como consecuencia de la flexibilidad de este cante, a las bulerías siempre se las ha subestimado, porque como "todo entra en ellas" puede presentar la imagen de ser un cante residual, que se utiliza para rematar otro cante. No obstante, cuando un cantaor va por derecho a las bulerías, el buen aficionado se da cuenta que está ante flamenco de calidad. Siempre se ha situado a la bulería dentro del ámbito de los aires festeros. Ello ha hecho pensar que se trata de un cante fácil; y eso no es cierto, como lo avala la opinión de cantaores de prestigio y el oído de cualquier aficionado que sepa escuchar. Ahora bien, una cosa es que se "pueda" cantar por cualquier estilo y otra "encajar" el tema navideño en su estilo propio... La realidad es que el único cante en el que las letras de Navidad suenan con naturalidad son las bulerías".
Terminamos, al igual que empezamos, con palabras de Anselmo González Climent: "Quien haya herido su sensibilidad con las honduras del martinete, las siguiriyas y las soleares, quien haya podido salir airoso del bosque fandangueril, quien tenga noción exacta de las expresiones levantinas, quien posea la virtud de recibir el angel de los cantes gaditanos, ése estará en situación propicia para la aprehensión cabal del cante por bulerías".
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